La ortodoncia fija es una aparatología de brackets cementados a los dientes y arcos metálicos. La unión del bracket con el arco genera en el diente una fuerza que se prolonga en el tiempo (días o semanas), esta fuerza provoca el desplazamiento del diente (en la dirección en que previamente el ortodoncista ha planificado).

En torno a este movimiento el hueso en torno a los dientes se remodela (desaparece en las zonas hacia donde se dirige el diente y se forma de nuevo en el espacio libre que va dejando el diente en su desplazamiento).

El tejido óseo de soporte de los dientes se renueva de forma constante a todas las edades, de ahí que podamos realizar un tratamiento de ortodoncia a cualquier edad (adaptado a las necesidades de éstas).

En este movimiento toma importancia la fricción.

En ortodoncia nos referimos a ésta como un conjunto de fuerzas que actúan sobre el diente oponiéndose al movimiento dentario. En función del movimiento que deseamos realizar, requeriremos una baja o alta fricción (el mecanismo de actuación de los brackets autoligables está unido íntimamente a este concepto).

Una vez cementados los brackets, el período de adaptación puede ser de hasta una semana, en caso de irritación de las mejillas debemos poner  cera de ortodoncia para evitar el roce directo muchísimo las irritaciones. Las revisión se suelen hacer por mes para ajustar los arcos.