Cuando falta algún diente comienza a producirse distintas alteraciones que contribuyen a empeorar nuestra calidad de vida. Además de su función en la masticación de los alimentos los dientes cumplen una misión social indiscutible formando parte de nuestra tarjeta de presentación ante los demás. La rehabilitación oral se encarga de restablecer la función sustituyendo los dientes perdidos y la estética, las prótesis soportadas por implantes osteointegrados ofrece a los pacientes una buena posibilidad tanto funcional como estética, en la actualidad está teniendo un auge importante.

Tus dientes no se sostienen solos. Forman parte de un sistema complejo integrado, las consecuencias de la falta de dientes son:

Problemas digestivos: cuando faltan piezas se reduce la variedad en la alimentación debido a la dificultad que representa masticar los alimentos duros. La masticación incompleta de los alimentos origina digestiones más lentas y pesadas

Cambios en el sistema masticatorio: la pérdida de un diente provoca que todos los demás se acomoden y cambien de posición en la arcada dentaria. Además, la ausencia de algunas muelas dificulta la masticación, por lo que se resienten los músculos y la articulación, lo que da lugar a contracturas, dolores de cabeza o dolor de oído

Envejecimiento prematuro: las personas que pierden los dientes van perdiendo el hueso que los sostenía y en el sector anterior condiciona un envejecimiento prematuro. La distancia entre la nariz y la barbilla va disminuyendo lo que arruga los labios y da aspecto de avejentamiento. La mandíbula con el paso del tiempo puede quedar reducida a la anchura de un palillo.